BLA BLA

domingo, 27 de diciembre de 2009

La cama





Día:

La luz cuyo reflejo estaba en el ventanal de nuestro cuarto, fue la alarma de recordatorio, e hizo que me levantara antes que todos. Aproveché de revisar el calendario para estar segura que hoy era distinto a los demás días.
Eran las ocho de la mañana, salí de la casa de Gonzalo a buscar conchitas de mar, comprar botellas de jugo Wats y recortar unos cuántos gladiolos del jardín de mi amigo. De vuelta me vine marcando mis huellas en la arena esponjosa y húmeda que encubría por completo mis pies. Iba a paso mas menos rápido, tenía que lograr llegar a casa con mi plan casi terminado, pero la idea era que nadie se despertara. Yo quería despertarte con una sorpresa.
No dejaba de sentir la brisa marina en mi rostro, revoloteando mi cabello por todos lados, dejándome ciego el andar e introduciéndose en mi boca. Al despejarme la vista pude divisar con detalles el paisaje que estaba viviendo, y era cierto que lo que estaba ocurriendo no era un sueño. Era tan verosímil como mi respiración por ti.

La casa de Gonzalo se veía tétrica desde una distancia, pero era admirable. Entré sigilosa y vi a mi amigo con su novia dormidos y abrazados en el sillón junto a los restos de cerveza y canapés de la noche anterior. Por el otro lado de la casa estaban las escaleras que llevaban a las habitaciones y sentía los ronquidos y respiraciones de mis amigas. Me quedé tranquila del todo sabiendo que ni el ruido más brusco te molestaría, puesto que tu lucidez era en esos momentos mi mejor cómplice.

Me dirigí a la cocina, saqué una bandeja púrpura, la cubrí con un pañito amarillo en el centro. Los gladiolos los puse en un costado, tosté unas marraquetas y las tapé con mantequilla acostándolas en un plato de cerámica. Serví dos vasos de jugo Wast refrescantes. Una vez listo, me fui cuidadosamente a las escaleras. Me topé con la novia de Gonzalo, iba hacia el baño y me observó interrogativamente. Sólo le guiñé el ojo y que le pedí no dijera nada. Ella tocó mi mejilla, me sonrió y se fue.

Subiendo los peldaños, recordaba cómo habían sido las cosas en doce meses atrás. Eran los mismos nervios del primer día. Y llevaba algo también en mis manos que no era un desayuno. Si no una cajita hecha por mí, demostrándote la importancia que te tengo. Llegué a nuestra habitación y te veías tan hermosa cubierta con las sábanas, parecían mimetizarse con la blanca piel que tanto me gusta. Por un momento casi olvido de mi destino, pero retomé todo cuando por causa de mi temblor, se escuchaban los vasos y el plato. Dejé la bandeja en el velador, acomodé la ocasión abriendo las cortinas para que todo estuviera iluminado para nuestro reencuentro matinal. Me acerqué a ti y te besé la frente. No parecías reaccionar y fue entonces cuando te destapé y abriste los ojos alegando al vacío que tenías frío. Me reí tanto que te levantaste sin percatarte en nada más que mi risa. Parecías molesta, ibas a tomar la sábana para cubrirte. Fue ahí donde tomé la bandeja y mostrándotela te dije " feliz aniversario mi amor".


Tarde:

Ninoska y Andrea nos fueron a buscar para ir a la playa y disfrutar del sol radiante que esperaba por nuestros cuerpos, mientras que Ivonne y Francisca andaban en bicicleta por algún lugar del Quisco. Terminamos de ordenar algunas parafernalias y fuimos con las muchachas. Caminando hacia el mar me fui conversando con Andrea y me hacia un tipo de entrevista, sus palabras me sonrojaban. No sé qué conclusiones quería sacar pero huevá que le respondía se reía y me decía lo feliz que se sentía por mí. Le alegraba que yo estuviera bien. Sólo le agradecí.

Todavía tengo tu rostro de confusión nerviosa cuando estabas con Ninoska y se encontraban debajo del quitasol. Nunca me contaste lo que hablaron pero de seguro se puso de acuerdo con Andrea para entrevistarnos. Yo jugaba a las paletas con Andrea y en eso llega Ivonne con Francisca con una malla enorme y una pelota de volleyball. El juego era obvio y justo éramos seis personas porque Gonzalo y su novia se quedaron en casa preparando la cena.

Al final jugamos las cinco, no quisiste jugar con nosotras porque temías quemarte. Miraste cada uno de mis movimientos, causando la desconcentración de mis actos y las burlas de mis amigas. Sólo reías y siempre mirándome.
Cuando eran un poco más de las diecisiete horas, nos fuimos a bañar. Claro que yo preferí quedarme contigo, y sólo mojarnos lo pies, ya que me dio un poco de susto ver en un lado de la playa la flameante bandera roja. Lo que fue una falsedad, durante todo el rato que mis amigas se bañaban, las olas no anunciaba su enojo, cesaron y el mar era un inmensa piscina.
Te llevé a dar una vuelta por las orillas de la piscina, tú como siempre, andabas con un palito de madera para tu ociosidad. De repente pediste que me cubriera los ojos, que sacara mi cámara fotográfica (esto último que me dijiste me sorprendió porque no te gusta) y que me diera vuelta por unos segundos. No pensé en nada, sólo respiraba el olor de las rocas que se encontraban a unos metros de nosotras.
Cuando me volteé viniste corriendo hacia mí y me besaste, apuntaste hacia el suelo y habías dibujado un corazón gigante con nuestros nombres. Nunca más diré que llevas el palito por ocio.


Noche:

Nos pusimos afuera de la casa de Gonzalo a eso de las veintidós con cincuenta, en una especie de círculo. Me pasó una guitarra, me puse a tocar y todos cantábamos, bebiendo y fumando como condenados, contando una que otra anécdota causando la euforia por todos lados. Andrea comentaba unos chistes que generaron el llanto de Ivonne a puras carcajadas.

El viento potente de la noche me puso pálida y tú estabas friolenta. Ninoska estaba igual que nosotras. Y optamos por entrar a la casa, claro que mi amiga entró a buscar un chalcito y salió al bochinche con los demás.

Tú subiste rápidamente por los escalones, yo por mientras pasé a la cocina por un poco de agua. No sé, me sentía rara, con vergüenza, algo pasaba por mi cabeza. Era en estos momentos donde más se presenciaba lo diferente de este día con los otros.
Subí a nuestra habitación y te vi mirando la luna por el gran ventanal. Fui hacia ti y te abracé por la espalda, te hice masajes. Pedí que cerraras los ojos y que te relajaras. Me estuviste mencionando no se qué cosas, la verdad nunca las tomé en cuenta, estaba demasiado concentrada en tocar tu cuello y hombros. Pero escuché que te reías, te producía cosquillas.

De la nada nos pusimos frente a nuestra cama, como lo hicimos los dos días anteriores, pero esto fue distinto. Me leíste la mente y yo la tuya. La casa no sonaba, las voces de los demás eran un canto en degradé. Para no parecer estúpida la escena me tiré de guatita en la cama y dije cínicamente " tengo sueño". Y tú solo te pusiste a mi lado en el otro extremo de la cama ¿Qué pasaría ahora?
Estábamos solas, completamente aisladas, se mantuvo ese sueño, ese pensar durante todo un tiempo de lindos y malos momentos, que fueron superados con el amor que nos entregamos.
Y fue así que comenzamos a conversar, a reírnos y molestarnos. Entre comentarios te acaricié la mejilla, que por cierto estaba muy fría y la besé.
Me quedaste mirando sin pestañar y lograste sonrojarme como lo has hecho siempre, y me besaste los labios.
Los besos eran un vaivén de emociones combinadas, que producían en ambas los cosquilleos en nuestros cuerpos. Nuestra respiración comenzaba a agitarse por cada caricia que se iba generando. En un susurro te escuché decir que el frío de a poco se iba y que sentías el calor que te transmitía. Tomaste mis manos y me las pusiste en tus pechos, tú me acariciabas el pelo y los besos nunca más cesaron.
No sé cómo logré apagar las luces, porque en un pestañeo estaba todo oscuro. Y solo nos escuchábamos nosotras.
Te desvestí y tú a mí, como un juego de disfraces. Nos tapamos con la sábana mimetizante y te sentía, te sentía más allá de como siempre te he podido sentir. Ya no era la respiración agitada, eran nuestras voces que formaron la sinfonía de la noche.
Y fue que comprendí, que hacer el amor contigo era estar en un cuento de hadas. Un cuento tan mágico y real como las otras historias que describía de esta misma manera en un tiempo atrás.






Mi amor, eso soñé cuando vi la cajetilla que un día se te quedó en la casa de mi prima. Nuestra cama.

domingo, 20 de diciembre de 2009

A trabajar

Soñé que segaba el aire de tus dedos
y gustaba saborear el apósito de tu aliento.
Las fragancias que sumé cuando besé tu vientre
en una puerta marrón con un chillido de picaflor en celo.

Desperté hacia el techo sin los pantalones,
me los regalaste en primavera. Y la contrariedad
de tus ojos y palabras al querer tocarme los pechos,
que transpiraba en tu consciencia.

Me vestí con el viento entre tus piernas y
el agua a río vivo podando el bello agresivo.
Con mis uñas al rasguño de golpearte el cuello
excitado.

Café preparado y tostada crujiente,
esa mantequilla en mi lengua. Cuando
tu saliva junto a la mía eran la pasta perfecta
en la cena de aniversario. Y te seduje con el baile
del perrito.

Tomé las llaves, la alarma sonó, ya todos
estaban despiertos. Esos orgasmos
que te hice estallar en aquel cochecito
del suegro.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

She-.

Pétalos forman su cabello oscurecido,
armando la tonalidad de sus labios rojizos y
uniendo cavidades deseadas,al roce del agua que alimenta la
luz y sombra de su cuerpo querido. Su mirada
inspirada en belleza traslucida, con las
nubes refractadas de sus sueños y
amoríos.


viernes, 4 de diciembre de 2009

Cassette

Como quisiera decirte , lo que llevo aquí adentro...
Se le vio caer por todo rincón abrumado, por cada sonido envidioso. Ella no dice.
Eso que tocaron con la lengua de sus manos, el día nublado. Ella aislante.
La ejemonía constante de uno sobre otro y la distorción apática de sus llantos. Ella no actúa.
Y se entiende la proverbialidad de ese panorama neutral. Ella es.
Clavado como una espina, así va pasando el tiempo...
Unos árboles naranjos, unas luces violetas, un auto amarillo. Él pusilánime.
Salió media luna en la concavidad de su ombligo, de sus pechos, de su rodilla. Él ahí.
Correr, y buscar. ÉL perdido.
Sin atinar a decirte, lo que a diario voy sintiendo...
Adornos de trapo, animal retraído, trastorno en el pecho. Ellos no.
Habrá celajes en aliento, tesura interminable, deseos. Ellos miran.
Dar suspiro en el vientre con la yema de los dedos. Ellos, ellos.
Por temor quizás a oírte, cosas que oírte no quiero...

Como quisiera deicrte; decirte cúanto Te Quiero, como un final de cuentos...

Rebobiné y comencé otra vez.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Buenas Noches

Se acostó muy tarde, lo más preocupante era notarse acalorada de la diosmia que llevaba por unos meses. Cada ves que se ponía a pensar en quizá qué situaciones le corría la gota de sudoración por sus mechones de cabello ya que se los tocaba con la yema de los dedos. Miraba un punto fijo mientras se acariciaba masoquistamente, su estómago le dolía, sentía ganas de comunicar algo, pero las palabras no estaban a su favor.

La noche pedante amortiguaba las reflexiones que luchaban por alcanzar un premio requerido de la respuesta, pero nada ayudaba a tomar el vuelo por conseguirla. Miró la lámpara frutal del techo retorcido de termitas y se encandiló más en el vació existencial que se dejó pesar que en la luz de voltaje setentaycinco.

La dudas se transformaban en constantes vasos de cerveza y las variantes era las ocho colillas ya aplastadas como una hormiga. Imaginó un plato de papas fritas con salsa de tomate, pero le dieron ganas de llorar. De un simple plato de comida a lo más detallado de su vida le recordaba que era por "eso" su estado de anomalía y ya eran cerca de las tres y fracción.

Desde el reflejo del ventanal obervaba con exasperación la oscuridad y seriedad de la noche, no dejaba de estar con el ceño fruncido. Su cabeza tiritaba de la curiosidad que mató a más de un gato, provocando la alteración de su respiración hasta que se le salió un gemido medroso.

Pudo descubrir que lo que la envolvía en ese momento era el temor que por causa de " eso" le violaba con goce el pecho, y la discordia en ella se matuvo presente, incluso cuando ya se paró del sofá que la tenía calcinada y su entorno se hacía cada vez más líquido de tanta dislocación en su mente.

Cuando se acostó tomó su muñeca, se dio media vuelta, le hizo el amor al cerrar los ojos, pero el miedo por saber " eso" la mantuvo en la nada. Siguió tal cual esperando que el sol se aproximara por su cara para intentar las mil llamarada que realizaría durante las veintrycuatro horas que de seguro serían su calvario por escuchar esa vos que le daría el veredecito.
Y solo quiere ser ayudada por "eso".

Sólo eso.

martes, 24 de noviembre de 2009

Chasco

No le he dicho que la quiero
cuántas pasan por lo mismo,
que devasta el propio abismo
de este pecho forastero


Y no siente lo que digo
a quiénes me lo predicen
de besos que la deseen
de las frases del mendigo.


No calcula desventura
cómo ha de saberlo
en su modo de absorberlo
al fin de la locura.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Nuestro secreto

Antes de correr, le acaricié sus labios por última vez hasta la semana siguiente. Hacía mucho frío ese día; los árboles se pegaban entre sí, las hojas distorsionadas, los pájaros no cantaban y siempre con mi bolsillo ocupado.

Descansé unos minutos en el trolebús que me llevaba a casa, los pasajeros notaban mi incomodidad, y ella por su lado se mareaba del aire somnoliento de las seis de la tarde. Introduje mi mano en la chaqueta y sonreí mientras podía observar lo que tocaban mis dedos.
En mi casa no había nadie, no escuchaba las vacilaciones de la pequeña demonia, ni el movimiento en la cocina de la amamantadora. Por fin estaba sola. Me cambié de ropa y guardé lo necesario en mi libreta y en la suya también.

Me llamó cuando las callosidades de mis codos rozaban la sábana de puntos coloridos, no me dejó hablar. Me preguntó si lo había visto, si lo había respirado y le respondí que respirarlo aún no podía porque era muy grande y me daba vergüenza. Le cerré sus ojos mientras yo cantaba y era mejor que cortáramos comunicación por unas horas, pero antes de dormir, vi mi libreta y ahí estaba. Brillaba como el sol que cae sobre nuestros cuerpos hoy en día.


No aguanté más y saqué una parte a la intemperie, pero detesto la gente, trato de abstenerme a sus comentarios que tratan de pasar desapercibido pero nunca les resultan conmigo. Sentí miedo como a otras veces, cuando estoy sentada en mi banco esperando recibir una nota digna, o cuando sueño atrocidades. Fue el mismo temor, y lo volví a guardar; quise acercarlo a mi pecho pero aún no era tiempo, sabía que debía esperar más.

Cuando terminé de fumarme el último cigarrillo, la llamé yo esta vez. Parecía nerviosa, descontrolada, inestable. Ya faltaba lo menos para vernos y entregarle la libreta y poner sus manitas congeladas y húmedas como los cubos de hielo en mi bolsillo. Cuando la llamada se terminó por la falta de necesitados minutos, sentí un vació. Fue algo inesperado en mí, como también el ligero aroma putrefacto que contenía mi chaqueta. Me tiré de pecho al pasto de de mi jardín y comencé a brotar mis brazos y espalda en lo silvestre y jugaba a soplar los dientes de león, pero el olor seguía. Preferí sacarme la chaqueta, pero ya era tarde.

Ella estaba algo fría y más blanca de lo habitual, tenía ganas de pegarme. Lo adiviné con solo mirar su pie haciendo ruido levantándolo y bajándolo. Tomó mis manos, me las puso sobre las de ellas y me las llevó a sus pechos. Luego yo llevé sus manos al bolsillo y ahí logre captar el olor que en cuestión de segundos había desaparecido.

Su libreta y la mía ya no guardaban nada, quería llevarse lo que tanto se deseaba por nosotras.
Y le prometí que jamás la dejaría.

No lo sacamos más a la vida ésta, permanece en la nuestra.

Uno solo.



Le dije Te Amo.



domingo, 1 de noviembre de 2009

Duchita

Agua que duerme en la aspereza de mis pestañas
fotografías añejas de tanto licor, y se recuerda,
es un manto de la noche a la mañana.
Y la distinción que grita al pasar la esponja
con el ligero sabor de una lengua por sus pechos,
que se disloca al chocar con los poros de su cuello.


Hambre sobrante en la punta de mis dedos
sed ambiciosa en el roce de mis piernas.
Que el pómez recorra donde pueda y yo...
Yo la acaricio completa.


Basura errónea, basura ligera,
Carcomiéndose en la entrada de un pasadizo
La risa brota en su cuerpo y el mío
El apósito que espera para tomar lugar
y secarla donde tanto quisiera.

jueves, 15 de octubre de 2009

Básica-mente

Ni siquiera me sentí segura de querer escribir unas líneas antes de tomar la decisión. Porque todo desde la mañana me parecía obsoleto y me abstuve a proclamar sensaciones que por uno o que otro lado me llevarían a sentir más desconsuelo por donde se me mirase.

El recorrido que había echo me indicaba lo atrasada que iba, peor era mirar a al lado y notar que la gente vacilaba en sus ociosidades mientras que yo ya conocía sus caras, me daba una rara timidez. De todas formas jamás iba sola.

El otro día, antes de haber buscado mi respuesta, divagué uno que otro dibujo con mis lápices de cera, permanecía nauseabunda y todo movimiento se me hacía cada vez más paupérrimo. Recordaba muy bien que ya estaba en mi destino e intentaba comer manzana pero los dientes se me aflojaban con el frío mañanero. La mesa azul en la que estaba apoyada se humedecía con el sudor de mis manos, veía matices acuáticas que se evaporaban a medida que el sol calentaba mi casco, las pequeñas florcillas me daban alergia, los dientes de león me envolvían con su vuelo, me estropeaba el punto de referencia por el que trataba de conectarme, pero cada minuto era necio, todo era aislante y a mirada penetrante referencia cortante.

Me consideraba el enojo por excelencia a la hora de concentrarme, sentía como se apoderaba el negro a mis al rededores, la batalla que exigía por sacar una sonrisa a tales garabatos era un cinismo ridículo. Esa fue una razón más para querer rejuvenecer lo que en parte me llevaría a un calvario de prepotentes calamidades, y que por cierto me ayudarían a tener la inmadurez nuevamente a mis pies después de una gran transfusión.


A comienzos de dicho día opté por integrarme a lo que todos conocen como lo trillado de los locos, sabihondos, solitarios, románticos, estúpidos, quizá ignorantes (sentido figurado). Por un momento creí que era para seguir reprocharme la idea de que necesitaba encajar en alguna cosa, lo que fuese por no sentirme apartada. A medida que avanzaba en conjugar frases y crearme un espacio nuclearmente cerrado, figuraba en mí la idea de analizar lo que menos gustaba hacer, decir, pensar, etc. Y lo hice de tal manera que dentro o fuera de mi círculo social era toda una experta en dichas acciones que tanto estudiaba mientras dormía. Cuando tenía quince años solía hacer lo mismo pero era algo putrefacto a la hora de ser leído, nadie querría comentar tales estupideces de una niñita reprimida, ni siquiera un ser cuestionado. Menos un psicólogo. Todo marchaba a la perfección, no era un plan macabro tampoco buenísimo, la verdad no era un plan, más bien era una opción a seguir mis contradicciones que desde que la memoria no me fallaba era significado de crecer como persona exteriormente, porque dentro de mí surgía el universo y la vía láctea era mi sustento metafórico.

A pesar de mi condicionalidad para hacer funcionar mis dedos, no faltaba la muchedumbre que siempre le importaba lo que estabas haciendo, su mecanismo de funcionalidad social era afectar de manera positiva o negativa a su víctima, que en este caso era siempre yo, y si me hacía la pesada o simpática era producto de mis casi conocimientos que iba adquiriendo y cada palabra salida de sus bocinas me calentaba como una fiera a punto de morder. Siempre fue así hasta el día que mantenía la inseguridad por tratar de formar algo.

No mentí con nada al respecto de que lo que estaba haciendo me gustaba, porque para ser sincera, me encantaba, no dañaba a nadie y a medida que mis intereses académicos crecían, cada página leída, cada párrafo tragado era un licor poderoso que me dejaba destrozada. Aprendí a manejar situaciones, quejas, guardar silencio, éste último se me ha notado más, porque asimismo al compartir, siento que algo que llama, algo que huelo, y estando en lugares extremadamente públicos. Recordaba desenfrenada mi excitación por leer o quizá imaginar lo que fuese con tal de meterme en lo que tuviera que ver conmigo. Ahí me di cuenta que sí me estaba dañando y de una manera tan sigilosa que no hacía falta ser el malo o bueno de la historia, todo se volvía distinto, muy distinto.

Después del otro día se generaban las preguntas y los pelambres de ellos/as en mi propia presencia, ya no me molestaba nada, de echo respondía con su misma pregunta y el mimo saltaba de orgullo en esos segundo. A veces trataba de responder según mi lógica de aprendizaje, pero siempre debía volver a practicar lo que a lo mejor hace cuántos minutos ya había procesado mi cabeza. Los comentarios eran parecidos, con la diferencia que mis respuestas generaban más de alguna pregunta a alzada voz, lo que terminó por la risa y creer que estaba en un lugar que no era la tierra. Hubo circunstancias densas porque fallaba mi sabiduría, viendo de reojo que muchos gozaban y yo era la única anotando mis errores suponiendo que era todo lo mismo.

Aunque mi veredicto estaba completo, seguía igual, porque tuve fuerzas necesarias para abandonar el karma potente que distraía mis quehaceres y la mayoría del tiempo dije, incluso grité de alegría que este ha sido el mejor año que he tenido (desde mi adolescencia).


Hoy también sentí miedo: de caerme en un pozo profundo y tener que volver a empezar, pero sé que no sería con lo que llevo hasta el fin de los tiempos, mis intentos son tan sencillos, mis letras son tan kinergarden. Que un desconocido podría adivinar al tiro que tengo algo extraño, pero de saberlo con certeza lo dudo mucho.

Más allá no podía hacer, solo sabía que la decisión estaba impregnada y que las variantes cumplían un rol importante en mi vida.


Ayer deduje por última vez lo que hace tiempo variaba en mis andares diurnos por el patio de la escuela: sé lo simple de lo más simple que puede existir. Y la mayoría ve siempre algo diferente a lo que uno realmente es, ser monótono, quizá nunca se percata, tampoco llegué creer que a lo mejor era le única con este punto de vista, pero ya es tarde para tacharlo de otra forma. Sentí miedo cuando encontré una respuesta al cien porciento, es sentirse una ameba, un algodón con quita- esmalte.


La tinta se acabó y me pregunté por qué.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Taxi

"(...) Esas cabañitas que son de playa y a su vez de campo; donde lo silvestre se apodera de la arena con piedrecillas, pero tan suave como cuando la marea está en verde ¡Y fue en una junta, viejo!, esa misma tarde."

Tuve que correrme.

“Si no fuera por su abuela, por mi hijo (aunque no estaba tan cerca), la hubiera invitado a un café, a quedarse conmigo.
Oye, compadre, te juro, de la chiquilla que te hablo, tiene quince años. Explícate por qué cresta me daba rabia"


Bajó el volumen el pelotudo, una señora quiere ir al CSR.


“...Sí, soy un viejo culiado¿ te sirve saber que tenía cuarenta?, era inevitable no mirarla, era preciosa ¡ Un cuerpazo, compadre!, la niña era una modelo, yo ya dejaba todo en las manos de Del Taita.
Puta y los días siguieron así, soñé cuánta distorsión con ella, porque me sentía tan pecador, tan contra la moral, pero logré darme cuenta que ella era la que me buscaba"


Me llamaron por celular, pues no era mi amante, era María la del Barrio. ¡Cielos!


“...Y tanto en pensamientos, que tanto divagaba tenerla, Marta, me la dejó por unos días. Ahí morí de la desesperación, traté de hacerme el huevón, pero cuando intenté hacerlo era demasiado tarde. La tenía frente a mí. "


El señor que presente estaba, bajó el volumen.


" Podré ser muy macho para mis cosas, pero ¡tenía más miedo que la cresta compadre!. Creo que sentí tanto como ella sintió cuando estuvimos a punto del primer contacto.
Y cuando la besé, no dudé en la morbosidad de mis remordimientos, la huevá es que si algo pasaba, sea tan bueno como malo, yo sería el perjudicado ( y yo no la busqué), era irme en cana."


..."La abstuve todos los días que se quedó conmigo. Pero ella después volvía y creí que era una obsesión (a todo, no la toqué, fui muy educado) pero uno de aquellos días, ya acostumbrado a sus visitas diurnas. La encontré en mi cama ¡En mi cama, compadre!, estaba semidesnuda, ropa sexymente ligera y...."



Se bajó la señora de la CSR. ( ¡Deje de cortar la transmisión, idiota!)



" Ya, ya, sí, lo hicimos y cuando me desperté...Su cuerpo exquisito, tierno, joven... Ahí ya no quería dejarla ir. Así fue.
Qué querís que te diga, compadre; hasta el día de hoy somos pareja. Ella pronto cumplirá los dieciocho...Pero aún tengo miedo, lo extraño es que está tan enamorada de mí y es celosa la mina, porque (puta) dice que soy " apuesto": Huevón de ojitos claros, buen físico, me cuido, pelo ondulado.
Quiere que nos casemos, formemos una familia; a ella como a mí, nos carga Santiago, y me dice que en la universidad que quede, un departamento cerca de éste quiere vivir. Puta, yo trato de aconsejarla, huevón si tengo cuarentaycuatro, no sé cómo quiere estar conmigo, pero se niega y se niega.
Todavía no conoce a mi hijo de veintidós, ella me ama, yo... No sé, también lo creo. Pero como te digo Rumpi tengo miedo."


No sé qué le dijo el tipo después, me bajé del colectivo.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Súper Mú

Más allá de las estrellas, de la diversión cósmica multicolor en el universo, cercano a Saturno, está el planeta Clarión. En éste los juguetes viven coloreando, jugando y contentos en cada rincón espacial. Junto a ellos, un Muñeco ha creado el lugar más delicioso que pueda existir, ofreciendo para todos sus ricos panqueques que dan energía para los didácticos juegos que inventan allí. Su receta perfecta deja a todos satisfechos, ya que el buen manjar y la suave masa son el complemento para que tengan fortaleza y energía para hacer sus actividades.

De arriba los observa Centinella, madrina de todos ellos, muy preocupada y atenta a que a ningún juguete le falte algo, los protege y les enseña. Siempre baja a Claríon a deleitarse con los panqueques de Muñeco, con su atención protectora es la que más ánimos necesita. Ella, todas las tardes al restaurante iba, compartía con sus amigos y Muñeco muy orgulloso y feliz, observaba las sonrisas de cada uno.

Un día, mientras todos jugaban, se sintió algo extraño, como una brisa degradante, todos se reunieron y fueron a ver qué sucedía, llegaron al restaurante de Muñeco que estaba cerrado. Todos pasmados y desconcertados buscaban alguna explicación, en eso baja Centinella proclamando que en la Vía Láctea la leche desapareció. Murmullos por aquí y por allá. Muñeco escondido buscando alguna solución de cómo hacer el manjar y nada resultaba, estaba muy nervioso.

Pasó un día, dos días, tres días, una semana y nada ocurría, las energías comenzaron a decaer en cada uno de los juguetes, por las calles y bosques, nadie jugaba.

El tiempo seguía transcurriendo ya nadie se alegraba ni mucho menos se divertía, Centinella bajó al pequeño planeta sin pensar que sería una despedida, al ver a todos tristes y nauseabundos, se sintió desconfiada y sin ánimos de seguir, determinó que para no causar problemas a nadie ni sufrir de esa manera, era mejor abandonar Clarión, subió y se esfumó.

Al otro lado de Clarión, en el rancho del Señor Thóma, muchas vacas habían, todas unas gordas y sedentarias, ya que se dedicaban todo el día en solo comer y dormir. Pero por otra galaxia, un Hada se quería asomar por aquel planeta, sintió una pérdida y decidió ir a ver.Llegó, encontrando a medio planeta desabitado, y como no tenía con quien conversar, fue a visitar a su amigo el Señor Thóma, se saludaron cariñosamente y ella le pregunta: “Amigo, ¿estas vacas son tuyas?” Señor Thóma responde: “Sí y las cuido”. El Hada extrañada le vuelve a preguntar: “¿Y no hacen nada más que comer y dormir?” El Señor algo sonrojado responde: “Eh... Sí, nada más puedo hacer”.

El Hada comenzó a pensar y de pronto una súper idea que se le ocurrió, vio a una vaca que estaba en una esquina durmiendo, le echó unos polvitos mágicos.

No pasaron más que segundos cuando el Hada quedó impresionada al ver a la vaca, sus polvos mágicos provocaron que ésta se convirtiera en algo maravilloso y lumínico, cambió de color, era morada y se veía ágil y anímica, quedó transformada ; se percató de sus poderes, uno de ellos era el de volar, así que quiso hacer algo que a veces lo soñaba: conocer el otro lado del planeta, voló y voló, pero algo triste se puso, porque se dio cuenta que todos los juguetes estaban en sus habitaciones desganados y quietos, se preguntaba a cada momento qué es lo que sucedía, no sabía qué hacer, hasta que se propuso ir a pedir ayuda al planeta de al lado, Saturno. A llegar a éste, ambas descienden de forma asustada, toman un rumbo y divisan que junto a un árbol se encontraba Centinella disgustada. Tanto Vaquita como el Hada le preguntaron qué ocurría, fue entonces que la madrina contó apenada cómo estaban las cosas en Clarión, que decidió irse de ahí, por que con ella estando tan mal, mejor no seguir. Sin alegría y felicidad Clarión ya no sería lo mismo.

La Vaquita, decide ir nuevamente a Clarión, y como a ella le encantan las obras de marionetas y títeres, fue al teatrillo once que por ahí estaba, lo encontró y una Marioneta afuera encontró; conversaron por unos instantes y Marioneta le dice: “Quiero acompañarte a la Vía Láctea”, la Vaquita le responde: “¡Vamos! Volando iremos”. En pleno vuelo gustoso, Marioneta nota que el tubo que conecta a CLaríon con Vía Láctea algo extraño tenía, ingresaron en él y de repente chocan con una muralla gigante que se interponía. Vaquita notó que la muralla era bastante peculiar, no era una muralla cualquiera, era gris y degradativa, provocando en parte el ambiente tenso en los juguetes.

Complicadas las tres de cómo poder sacarla de ahí, a Vaquita una idea se le ocurrió diciendo: “¡Marioneta! Con tus hilos toma las puntas de la muralla, con mi fuerza supersónica, la derribaremos”. Marioneta puso sus hilos en acción, pidió que Hada la sostuviera, y junto a Vaquita jalaron la muralla con tanta fuerza que los hilos dispersaron color por todo el tubo, rompiendo totalmente la muralla gris, dando así como resultado la leche esperada. Dirigiéndose la leche a Clarión, Muñeco al darse cuenta gritó de emoción, todos en el planeta escucharon y saliendo de su lugar corrieron al restaurante de Muñeco. Llegando ahí, Muñeco ágilmente elabora el manjar y los panqueques.

Lentamente el viento desagradable se desvanecía, dando paso al aroma exquisito de los panqueques, todos los juguetes empiezan a comer.

Al ver que la leche era abundante por el tubo de la vía Láctea, Hada, Marioneta y Vaquita van a Clarión, cuando llegan allá no ven a ningún juguete, eso les extrañó, pero luego divisaron el restaurante de Muñeco donde estaban todos felices y contentos.

Todos observaban la llegada de estos tres seres y Nenuca levanta la mano y pregunta: “¿Quién es esa vaquita?” Marioneta responde: “¡Es una súper Vaquita! y la ayudé a derribar la enorme muralla gris que tapaba el paso de la leche”. Robot muy entusiasmado dijo: “¡Es una heroína!..” y lo sigue Peluche: “¡Una súper heroína y única! Luego Nenuca a alzada vos dice: “¡Es Súper Mú, Súper Mú!”, todos los juguetes repetían a gritos felices dicho nombre.

En eso Príncipe pide silencio y se dirige a Súper Mú con un obsequio en las manos y le dice: “Gracias a esfuerzo incondicional te otorgo un pequeño presente, y te damos la bienvenida como la Heroína de Clarión”. Súper Mú al abrir su presente, queda muy contenta, era un colgante con una campanita de oro. Al mismo tiempo de su emoción, nota que arriba del planeta se acerca una imagen resplandeciente y viva, les avisa a todos. Los juguetes observan y era Centinella que volvió a donde realmente pertenecía. Clarión y sus juguetes más felices se sentían.

Desde ese momento Clarión se sintió más seguro, siguieron disfrutando de los ricos panqueques de Muñeco y más que tener a una Súper Mú de heroína, hallaron a una gran amiga.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Según sus ojos

Cuando le besa cualquier parte de su rostro, en una milésima de segundo…cierra sus ojos, es solo con un pequeño rocecito que desmorona la visión hacia el entorno.

Antes le daba vergüenza acercarse y observar su cuerpo porque toca instrumentos, dicen que la guitarra pertenece cuerpo femenino, pero todo era distinto, todo es algo interesante.

Cuando ni siquiera besa sus labios, ya siente la fuerza, siente su perfume, ve de nuevo que cierra los ojos, entrando a otra dimensión el par disfruta.

La mayoría del tiempo sus labios se le parten con la calidez del frío andante, pero no se detiene, solo se reciente a la hora de volver a mirarla y anhelar besarle su mejilla, que por cierto le gusta oler, olerla completamente.

Posee dos lunares y muy juntos provocando ternura en la mirada pseudooculta, esa idéntica al primer día, como ese conocimiento de la película francesa muy famosa.

A veces es como una película mezclada de muchas variedades, hada, ficción, suspenso, misterio, romanctismo, incluso terror, a la hora de seguir caminando no hay vuelta atrás, y las ganas de seguir observando. Ahora es su cabello lo que le está gustando más.

Si la brisa se hace presente, no despeina, sí la detiene y ahí dice frases utópicas…Momentos en el pasto, cuando toman leche con galletitas rellenas de chocolate, se dedica a escuchar masticar, suele comer por inercia, no se da cuenta de sus propias degustaciones, pero sí disfruta alimentándose…es ver tragar.

Muy pocas son los momentos donde aparecen los rayos ultravioletas que suben la temperatura de sus cueros cabelludos, ahí nacen las emociones oníricas de esas noches donde hacían el amor, donde en los parques, en bancas frotaba todo, con las luces.

En la ciudad todo es iluminado, lo que rodea sus cuerpos semiabrigados encandilan sus vistas y prenden corazones, más se unen…son amarillas y anaranjadas, pero las que realmente brillan son la de sus pupilas.

Nadie más la ve que ella, se tapa el rostro…






domingo, 6 de septiembre de 2009

Domingo teléfono

Llamada uno: Me desperté con una desazón enorme, bebí más de la cuenta pero dormí plácidamente independiente que antes me haya cortado, fue horrible.

Tomo el aparato... No me contestó ya son cerca de las doce AM.

Llamada dos: Recordé que debo decirle sobre la sortija, si se puede reducir. A los tres segundos de mostrarse el tono, me cortó.

Llamada tres: Pasado las doce con quince me duele la cabeza y ya estoy vestida. Cogí la muñeca de ella y presiono nuevamente botones, no hay veredicto. Desesperación entrando

Llamada cuatro: ¡Vamos, contesta!... ¿Qué, insisto?, a ella no le gusta la gente obstinada, pero yo soy parte de ella.

Ya dejó de sonar, es buzón de vos.

Llamada cinco: A los minutos después uso otro móvil, me tentó su presencia. Tiene que enterrarme de los detalles de sus detalles, no me los cuentes querida, es tu carácter que quiero manejar, como ahora...¡Cielos!, buzón de vos me saluda.

Llamada seis: Esperaba con muchas ansias esta llamada, sin embargo solo consigo señales nefastas.

Llamada siete: Levo más de una semana con el cuerpo putrefacto de tales incoherencias que marcan y me destiñen el andar, pienso en darte mi palabra de aliento, que nuestro mal sea recíproco ( ahí se explica mi borrachera de anoche), quiero aunque sea una vos tosca, sombría, enojada, la que sea. Y no me contestas, ya serán las tres PM.

Llamada ocho: Cuando almuerce, te llamo... Eso hice y anhelaba tu contestación.

No fue.

Llamada nueve: Llamada nula, fueron tres intentos y el teléfono no cantaba, me sigue doliendo la cabeza.

Llamada diez: La hago pasado un minuto de la anterior y mi resultado: estúpido móvil, no hay tono y al segundo da sonido eterno...¿ Qué mierda es un teléfono?

Llamada once: Me duele el cuerpo ya, me estoy preocupando, creo que necesito ayuda. Hoy cumplí una meta, nótese que sólo por hoy. No me he cuestionado sus cortes profundamente, ya debe ser tarde ( para ella) y quizá descansa.

Llamada doce: Cero reacciones.

Llamada trece: Lo mismo de la doce.

Llamada catorce: No.

Llamada quince: Esta vez corté yo, ya pasaron seis vocecitas del aparato, no contestará.

Llamada dieciséis: Hablo sola mientras marca... Se cortó.

Llamada diecisiete: No hay audio.

Llamadas dieciocho, diecinueve y veinte: Utilicé un móvil con el auricular bajísimo. Tecnología asquerosa de los últimos tiempos, no hay como lo retro y confiable. Ya son las veintiuna horas; significa que el día terminó...

Hubiesen sido mucho más que éstas, debe estar harta de mi idiotez. Mejor mañana lo intento.

sábado, 22 de agosto de 2009

Consciencia

Deberías estar haciendo otra cosa, ¡no!, algo mejor…Como dormir por ejemplo ¿no crees?...Pero te quedas como una mierda ahí sentada no se cuántas horas en tu computadora. Es mentira que ahora estás haciendo tus deberes, porque estás escribiendo. Y puedo decirte que aunque sea bueno, ayude mucho, te distrae.
Sin embargo, lo que hace que todo en ti sea paupérrimo en estos instantes, es otra cosa. Algo que sin dudas te dejó con la mente punzante y frustrada, algo que detestas, que sufres, penas, pero jamás desalojas. Para eso te doy una sola respuesta:

Tu amorcito, vida, cielo, fraternidad, deseo, anhelo, pasmo, excitación. Tu no aún novia (a todo esto ¿Cuándo te dignarás en ponerte los pantalones e ir por su “sí”?, inténtalo, no seas testaruda). Sí, esa mujer que a tal de pensarla, te estremece más el vientre que el corazón, ¿no?, bueno diría que ambas dos, una gran complementación a tu diario vivir. Pero te sientes tan culpable cuando se enoja: sí, se enoja pero no te lo dice porque sabe que te responderá como una gruñona que es. Estás acostumbrada a llevarla, quizá es un punto a favor que seas tan pasciente; pero ella es más valiosa que tú (aunque ella te ame y te idolatre y toda la parafernalia) porque dícese no tener paciencia pero sí que la tiene, soportó tu crueldad en pretéritos y están juntas de nuevo, ¿cómo? no sé como ponerle pero tienen algo que tú morirías por ella y viceversa. ¡Basta! me estoy extendiendo demasiado y debo ser justa y precisa porque luego comienza tu serie que tanto aprecias.

De todas formas tú con la muchachita se llevan por muy contrarias que sean, ¡si hasta en lo político son polos opuestos!, ¿no?...No va al caso. Ahora ella esta enojada contigo. Lo peor que puedes hacer es llamarla, pero lo hiciste, te encanta “arrastrarte”, más aún si es por ella. Solo recibiste una golpiza de mal tono de vos. Pero en parte le encuentro razón, ¡si te lo merecías estúpida!

Sí, andas muy estúpida, tonta, ingenua, sensible, más idiota y demasiado enojona. Me terminarás odiando y no querrás que te siga narrando, pero lo haré igual sabes que tu consciencia te pesa tanto en momentos como este y la única forma de desatar tus variantes es contárselas a tus yemas de los dedos y yo aquí me pongo en acción. Andas con un dolor hermoso: la extrañas y cuando por algún medio la tienes, justo se enoja y de una manera muy infantil…De la misma forma que tú enojaste con “ella” el otro día (por tu ataque virtual de celos), es una tontería.

Para no ser descortés puedes plantearte variadas opciones pero tu única conclusión será tener una mala noche (ya la estás teniendo), pensar cosas abrumantes y preguntarte si estará durmiendo con la muñeca que le regalaste, ya que tu lo haces todas las noches. Aquí estoy yo; soportar pésames de culpas, nótese bien que hasta lo más insólito e incoherente pasa por mí, y por lo menos te resguardo. Bien. Y haces así;

Hace días te dijo “prométeme que no te enojarás por tonteras”. Lo hiciste, algo bueno. Y ahora ella se enoja por algo tan estúpido, pero eso estúpido se fue convirtiendo en un puntapié a tus tratos… ¡Piensa bien!

Todos sabemos como eres socialmente. Podrás sentirte lo más bajo de la tierra, pero siempre demuestras risa, no obstante, te destruye solo aparentar tus estados y hay veces en que a un gesto o cara fea, te cuestionan y luego tú quedas tirada por no querer contar, no querer expresar tu malestar porque sabes que como tú, también son tus “amigas”. En ves de los consejos de hermandad, te hacen reír con “tallas”. Te acostumbraste a tratar y que te traten así.
Si te consideras un ser cuestionada, un ente reflexivo, hasta media loca ¿cómo es posible que no sepas actuar de manera diferente según la persona con quién estás, siendo que con adultos eres la señorita culta de lectura y escritos bastante maduros para una chiquilla de tu edad? Deberías saber diferenciar las cosas, asimismo como diferencias y separas tus variantes teóricas.

De partida es tu mujer ¡Me importa un demonio que suene cursi! matrimonio, "freak", es cierto, tu mujer y tú de ella. No quiero decir que la tratas como a una amiga, sabemos que no. Pero esa manía bien patética de molestar o hacer bromas de siempre lo mismo, creeme querida, afecta. Lo peor es que puede que se aburra no de ti, si no de tu forma de tratarla, ella te ama. Lo peor que pudiste haber hecho hoy es haberla molestado con lo mismo y más aún cuando abordaban un tema apasionante como el de la intimidad. ¡Si serás!... Vulgarmente, la cagaste.

Te atormenta la idea de imaginar cualquier catástrofe de su "pseudo-relación" (así le llamo yo) te da miedo, pero tienes guardado en mí que no te dejará y por lo mismo usted debería cambiar esas cosas, o sea, has cambiado muchísimo, no te costaría en lo más mínimo no “bromear tanto” y menos a ella y por lo mismo. Los chistes son del momento, van cambiando, reírse o escuchar contasntemente es aborrecedor.

Sé que te sientes mal aún, te recomiendo que te vayas a fumar un cigarrillo, pero primero anda al baño porque estás que te orinas (comprendo que no fueras antes porque se te va mi idea). Por otra parte debes atentarte con que se pondrá más sensible de lo que has estado en tus días de extrañeza, claro que ambas estarán parecidas. Sabes que “tiene otro ser”, sabes mucho de ella como para molestarla por un poco. Se le pasará, hablarán; ahora si no te contesta a tus más de veinte intentos es una clara señal de NO. Y ahí es cuando dices: “a esperar”. Sí, debes esperar con la mayor sensatez, no le dura la vida entera, además sigue con lo que le tienes preparado para cuando la veas. Falta poquito, muy poquito.

Es ahí al verla donde yo desaparezco, porque al estar con ella no piensas, si no sientes hasta lo más colorido de tu corazón. Y te envidio porque yo no siento amor, solo te hago pensar acerca de lo que haces, te doy mi mas preciado tiempo y ahora te estás disculpando y reconociendo que por una tontera que fue, fue feo. Y si te dijo al tono de vos horrible que escuchaste “tú empezaste, hasta aquí el tema” es porque habrá otro más importante y te aseguró que no será desagradable ¡Ah!, otra cosa si le dijiste que mejor hablaran mañana, es porque lo harán, te esperará paciente la muchachita impaciente.

Esta es la parte donde dices en susurro “Te amo muñeca de trapo”