BLA BLA

lunes, 30 de mayo de 2011

Solo días

Dejé que mi ave volara

Ha pasado mucho tiempo. Siempre he sabido qué hacer, siempre hay una manera.

Ella solía hacerme sentir bien, la superior, tenía todo para serlo, pero le faltaba lo interesante. De varias personas oía palabras sobre ti, no buenas, diciéndome esto y lo otro ¿y a mí qué me importaban las opiniones? a mí lo único que me llevaba era el sentimiento, (lo que tú no tienes, lo tiene ella, y precisamente lo que te falta, es lo más hermoso de ella).

He llevado una escala de valoraciones, qué difícil es el causar, el mover algo para transformarlo en emoción y luego en sentimiento. Fuiste la única que causó en mí, no hubo más, ninguna persona más por muy "lindo(a) que fuese. Lo lindo para mí tiene que ver con el todo, de adentro hacia fuera y no de afuera hacia dentro. Viste.

No soy con todos, yo soy solamente contigo, porque tú me dejaste ser, porque tú dejaste que fuera tal cual, una insoportable, una desagradable sencilla y detallista. Me caes bien. Nuestra compatibilidad fue más allá del ser distintas, era una relación mutua, cosas influyentes que resaltan el desacuerdo, el mismo que nos hizo inseparables, cada una era lo que quería tener de la otra, es ahí el querer. La preocupación y la atención fue tu virtud, por otro lado está el cariño y y la confianza, de parte mía contabas con la verdad y la sinceridad. Eramos las mejores, lo sé, no podíamos compararnos con otras relaciones: infieles, proclamas, poco cariñosas, faltas de comunicación, despreocupadas, interesadas, etc., y no de momentos, sino de una constante en el tiempo. Siempre fuimos tú y yo, quizá ese fue el gran problema.
Nos equivocamos en el privar de las cosas, faltó libertad, esa misma que te quiero dar ahora. No incorporamos la confianza mutua, el miedo te ganó, te venció y con el tiempo a mí también. A veces es bueno terminar las cosas para que un futuro puedan resultar mejores.

Las personas siempre pueden ser mejores, sobre todo cuando conocen sus errores, me creíste perfecta en un momento, cuando era sin que tú vieras, una desgraciada acomplejada por problemas físicos que se volcaban en mi actitud. Trataré de dejar de enseñarte, lo que viví, tú lo vivirás desde hoy, sin que yo esté ahí, es preciso dejarte sola para que conozcas el miedo real y lo puedas vencer adaptándote a otro ambiente que no sea mi hogar. Desde este momento, a diez metros te lanzaré por el cielo mi amor, porque al igual que las aves precoces debes aprender a volar de tus alas, y no de las mías.

Estás en libertad mi pajarita y debes saber que de cualquier manera, siempre fuiste y serás la mejor.

Te amo.

(Vale'ka)

sábado, 28 de mayo de 2011

Día 5

A lo mejor no era el momento ni el modo de haberte contado esa estupidez, pero ya no soporto más el dolor. Dijiste que daba lo mismo y que ibas a salir. Cortaste.
La verdad, no sé que querías que pensara de aquello que me dijiste, pero solo sé que me sentí muy mal.
Esto de los espacios, de conocer nuevas cosas, saber nuevas cosas, me agrada más de lo que tú crees. Pero esto por qué no se puede lograr estando juntas? La verdad, yo tampoco quiero estar contigo de esta manera así ahora, pero quiero que sepas que te amo más que nunca, que me cuesta respirar sin ti. No eres nada más que esa mujer que me gusta por dentro y por fuera, que es pesá y mañosa, que es detallista y pasa con hambre.
El tiempo siento que tanto como ayudarme me desfavorece, porque siento que me engaña pensando que tú ya no me quieres, que ya no te importo y sentirme más sola de la cuenta.

El hecho de haber tocado otros labios, me hizo sentir quebrada, no porque haya sentido sentido algo, porque aquí sabemos que la hueá esa para mí es asquerosa, y fue peor porque ni siquiera tuve la oportunidad de decir STOP. Solo fue y adiós.
Fue con alguien que ni sé de su vida, que ni conozco, solo supe que se llamaba igual que yo. Yo estaba dispuesta a hacerlo, pero no de esta forma, y solo sirvió lamentablemente, y creo que en varias cosas tienes razón; valorar más lo que se tiene y saber más cosas. Por eso cuando te llamé muchas veces, así desesperada y no contestaste era porque estaba llorando y quería pedirte disculpas por no haber cuidado lo de nosotras, y es verdad, demasiado verdad que uno valora lo que tiene cuando lo pierde. Es bastante cruel y humillante enterarse de eso por un medio que a mí me dan ganas de cortarme los labios.


Esta semana no ha sido de muerte Vale, porque he aprendido demasiadas cosas, pero la hueá de ayer fue la crueldad para mí, como dije, rescato una sola cosa.
Tú siempre para mí serás mi amor, esa mujer que me enamoró un 30 de enero del 2009- Serás esa mujer que amo, siempre. No la mujercita perfecta, pero me robaste el corazón, y lo tienes. No pienso en nadie más.
Y voy a seguir luchando, que el tiempo muera de a poco, porque yo quiero estar contigo. Pero quiero saber qué crees tú.
No quiero hacer el intento sola. Acompáñame.


Five


jueves, 26 de mayo de 2011

Día 4

Hoy no sucedí como todos los días: la mujer.

Escribí dentro de la cama, dentro de la cama logré terminar sin que mi lápiz se rompiera.
Pero al principio de las estrofas, salías tú a flote.

Como todos los días es igual...tengo miedo, ya te dije.... ¿qué mas puedo hacer? quiero tenerte, te extraño, pero no quiero verte, no quiero que me veas, no estoy lista. Pero cuando lo esté... ¿el tiempo seguirá acompañándome?

Realmente me siento y me paro sola, es tan paupérrimo respirar así, cuesta, pero de algo tiene que servir.
No puedo dejar de temer, siento que no me quiere. Así es la hueá, siento que no me quiere, que no me extraña, que no me piensa...( y si lo hace lo evita, como yo pero de una forma indescifrable, es auténtica, magnífica) y yo para no pensar en esto simplemente temo y me meto a la cama mientras camino por nuevas aventuras.

Quiero que sea día 6 para levantarme bien temprano e ir por esas agujas de mierda, pero luego!!!...


Día poético sin poemas.


Una semana ya.


Four

miércoles, 25 de mayo de 2011

Día tres

Me siento extraña cuando otra/s persona/s me dice cosas lindas. Aunque no crea siempre lo que me digan, fue extraño pero me gustó, debo reconocerlo, y mejor aún que te lo diga/n con dichos poéticos, como tratando de aferrarme, y me dio risa porque no me lo imaginé mejor que eso.

Aun así, no te quita de mi cabeza, pero no porque eres la mujer del mundo ( mi supuesto mundo).
Mi error fue haber creado " estamos juntas y revueltas", y es lamentable saber que la mayoría y sobretodo una misma está encerrada en la masa que espera que pase algo, onda ya a perder ese algo para valorarlo... Es terrible, pero es más que valorarlo, porque yo siempre valoré y di gracias a mi corazón y al tuyo por estar juntas, solo que no supe cómo estaba cuidando y tratando ese amor.
Y estoy como estoy ahora; el hecho de imaginar sucesos que quizá pueda hacer, me dan asco. A lo mejor si lo hago me hará saber más cosas, pero no estoy apurada en darme oportunidades de combinar saliva, de verdad me da asco tanto así que siento que en el momento haré arcada..pero en fin, capaz que estando en un momento tan cercano lo vea distinto, lo haga, llore, y aprenda sobre la verdadera lucha de la valentía del amor. Amor real.

Hoy no dejé de pensarte, no de obsesiva, simplemente te recuerdo y tengo tristeza porque siento una culpa horrible cuando abro mi mente y nos veo en el campo, en esa cama pequeña conversando entre mis lágrimas diciéndote que fue horrible aquellos meses, que debemos cuidar cuidar esto, dijimos tanto... Y aquí estoy. Luchando: me gusta esto a la vez porque es difícil, me suena interesante, excitante...

En fin...

Apóyame, pero no es necesario que pongas silencio esta vez.


Three

martes, 24 de mayo de 2011

Día dos

Constanza esta enferma, siempre lo supo. Hoy se enteró de su nombre y apellido.


Tiene miedo, no por lo que está luchando y debe luchar, sino porque teme perderte.

Sabe más que nadie que ese miedo no debe existir, pero tiene razones para estarlo, además es normal en alguien que está en proceso de identidad.


Empezó esto hace poco, esto no le va a ganar.


Pd: Basta, fui a encontrarme

lunes, 23 de mayo de 2011

Día uno

Ya puedo decir que empecé. Este día me hizo marcarlo como el número uno. Nunca escribo sobre el inicio del día en que estoy con la esperanza que servirá, pero aprendí que de hoy sí tengo motivos, motivos muy de adentro.

Anterior a este querido día, supuse que ya nada tendría vueltas, pero siempre hay que partir por algo, o que llegue algo mísero a tus pies sin necesidad de buscarlo: mi soledad llegó, una soledad que sentí por unas horas ( eternidad), horas de mi tiempo que dediqué en generarme de a poco un espacio, un dato anexo que me hizo lograr el sentirme completamente sola. Y me dio gusto, porque le gané al pensar: comencé a poner mi cuerpo sobre la mesa y mostrarme, he de aquí decirme por mi nombre, por lo que soy, y no por esa falsa sombra que me venía siguiendo.


Iban a ser las cuatro de la tarde, aun con la resaca de haberme equivocado otra vez contigo, aun con la ganas de no hablarte por unos días, aun con el lápiz estudiando por inercia, aun pensando en ti, en ti mi amor. Y pensando en que se me hacía tarde para mi pequeña actividad.

Recibí el mensaje de mi amiga diciéndome que llegaría más tarde, solo un poco más tarde de nuestra hora, en fin, arreglé mis cosas y me dirigí a Baquedano.
Eran las cuatro con veinte, el telepizza estaba rodeado de los otros y yo, cada uno de nosotros esperando a la persona que nos recogería para iniciar el camino a nuestros espacios. Me coloqué en una parte de la rejilla peatonal a esperar, esperar su llegada. En ese entonces, a mi lado se encontraba una joven blanca, de labios rojos y carnosos, vestida de minifalda y calzas negras, uñas negras, pelo rojizo y rizado, mirando al cielo cada vez que podía para cubrir su impaciencia.
En el extremo de la rejilla había una muchacha lesbiana, se notaba lo que era por su parada, dónde ajustaba sus cinturones ( cadera, que se notara el boxer), las zapatillas con caña y cordones llamativos, el peinado, sus manos, y la mirada de macho dominante esperando con exasperación la llegada de su hembrita.
A las afueras del local, se encontraban un grupo de personas trabajadoras con sus celulares de última generación pegados como imán a la oreja, que al igual que las mujeres que describía y yo, esperábamos, solo esperábamos. Ya iban a ser las cinco de la tarde.

Pasada dicha hora, me llega un mensaje al celular indicando un retraso más de su parte. Me generó molestia, así que fui al centro de llamadas que estaba a unos metros y llamé.
Cinco y media fue la hora que salió de su voz, acepté y decidí seguir esperando.

Al salir del centro de llamadas, fui a un kiosko ubicado en Alameda y me compré cigarrillos baratos: un cigarrito siquiera por la espera, digo yo.
Volví a mi lugar en la rejilla, la joven de pelos rizados y rojos se había marchado, quedábamos la macho y yo, las otras personas también se habían ido.

La hora avanzaba, iban a ser ya las cinco y media y no llegaba nunca, empezó a bajar el sol y a correr con más ímpetu la frialdad del viento. Saqué mi chaqueta de la mochila y me la coloqué, aproveché de cepillarme el pelo asqueroso y pegoteado que andaba trayendo, me lo desordené, saqué mi espejo y vi ese rostro que trabaja para ser el mismo, me veía linda, debo reconocerlo, excepto por las espinillas que nunca se me van. Pasaron cinco minutos después de haber terminado mi acción y la machito se fue, pero se fue sola, se aburrió parece. No sé, pero yo ya estaba enojándome, iban a ser las seis y me llegó justo un mensaje de mi amiga.

Viene en camino ¿ Recién? ¿ Qué mierda se cree? No es ni alguien tan importante ¿ y debo esperar? ¿ Por qué no me voy? ¿ Por qué sigo aquí? Estoy cagá de frío, quiero un café.

A estas preguntas resolví una gran hipótesis ¿ Con qué derecho estoy alegando, si a lo mejor estoy pagando de una forma bien sólida la espera? ¿ Será que esta espera es el símbolo de la espera real que estoy viviendo y debo seguir como tal? Recuerdos en mi cabeza comenzaron a bailar con el viento que cubría mi cuerpo, aun así me enojé por tanto rato esperando.

Me llamó varias veces, diciéndome que ya llega, que ya viene, que ya está aquí, blah blah. El aguante entre el frío y su puta llegada me hizo pensar más que de costumbre y determiné lo elevado de mis errores.
Llegó la cruda soledad.

Ya eran más de dos horas esperando, todo este tiempo aguantando una llegada de cualquier persona, sintiendo que fueron esos tres meses que te perdí y estos nuevos días que viviré hasta saber volar y por qué debo volar. Miré el cielo y no volaste, miré los árboles y no había nido dónde esconderme, miraba la muchedumbre para hacer un milagro y aparecerte, te quería de verdad, te quería en mis brazos pero sin tocarte, no hablarte. La soledad no pudo conmigo, yo pude con ella, cada memoria la guardé en mis manos heladas y me las eché a la boca, contando cada instante del frío en mis venas, como la mejor opción para seguir avanzando en la espera real que debo hacer.

Al final de cuentas mi amiga llegó, bien tarde, demasiado tarde, pero llegó. Inició su retraso con ese gesto de invitación amigable y bueno, tan bueno que me ayudó a montar las calles y a caminar sin quedarme atrás.

A pesar de esta actividad, reitero que sigo en la rejilla esperando.


One




domingo, 22 de mayo de 2011

Como robot y de zorzal

Quedamos como todas las veces: juntarnos. Esta vez, eso sí, era diferente, no más allá de unas palabritas, cruce de miradas y entregarte algo tuyo en metro La Rejas.

Yo la verdad, no quería verte, no porque estuviéramos enojadas o disgustadas, sino porque a mí me causaría la mayor sensibilidad del mundo, el hecho de no estar juntas, me pondría frágil, y es justamente lo que quiero dejar de lado un poco. Aun así te vi, lo tomé como un reto.

Cedí un poco y apoyé que no estemos, pero hay cosas entremedio que no logro concebir pero sí, al final de cuentas llegué a entender, y este es el primer paso para llegar a decir " yo sé porque hago las cosas". Por ahora, tengo una seguridad innata que esto será para mejor, aun así con lo que sucedió hoy:

Llegué antes de la hora, estaba tranquila y sentada en una parte del andén de encuentro escuchando música; letras donde no me hacían sentir nerviosa con tu llegada, solo esperaba.
Pasó que me bajó a la mente muchos recuerdos de nosotras, y no podía esquivar las veces que me equivoqué contigo, las veces ( casi nada) que te portaste mal conmigo, pero por sobretodo, pensando en ti, en nuestro amor. Mientras mi cabeza giraba dentro de sí misma, tú apareciste, y cuando vi que te me acercabas, pensé en un plan sencillo y frágil: verte más de la cuenta( a eso me dediqué hasta el final)

Desde un principio te pareció extraño que no me fuese por donde mismo nos juntamos, porque a mí me quedaba mas o menos cerca, de alguna u otra forma si me iba contigo ( por lógica) hacia Los Héroes y luego Santa Ana me saldría un poco más tedioso, pero igual me servía para irme de vuelta. La cuestión es que me preguntabas en sus momentos a dónde iba y por qué no iba por aquél lado, como tratando de descifrar mi intención, creo que jamás la supiste hasta ahora. A tus preguntas, te respondía lo que pudiese tapar el estar más minutos contigo antes de decirnos el adiós, hasta pronto.

Mientras íbamos en el metro, conversamos de cosas con gracia, reconozco que el efecto de estar sin nervios se me rompió cuando nos quedamos mirando, con esos ojos, no lo pude evitar. Nuestro encuentro se hizo bastante ameno, con ese gustito a chocolate, que pretendía seguir hasta el final de su recorrido, cosa que esta despedida fuera un paso nuevo.

Pero como todo plan, algo falla, y este plan me falló de una manera desagradable: Paradas tú y yo, esperando el metro que nos llevaría a Santa Ana, seguimos con comentarios un tanto graciosos, y de un instante a otro de mi boca salió algo feo( lo defino un trato pésimo) "Hueona pesá" entremedio de una risa que dejó de existir a penas escuchamos lo que dije, a penas lo dije me sentí mal. Y es cierto, nunca te había tratado así, aunque fuese la frase más dicha por todos, a ti no, nunca. Y tú me lo dijiste, y yo te lo negué diciéndote una tontería como para salvar la situación, pero no, esto provocó algo amargo en nuestro encuentro. Fin del habla.

Llegamos al metro y era obvio que íbamos por diferentes lados, aun así lo remarqué diciéndote, y tú solamente me agradeciste y te fuiste. No podía irme sin hacer algo, me sentí sucia, la mayor falsedad que he alcanzado. Decidí salir por el metro, pero salir a la calle, ir donde tú tomas la micro, necesitaba por último pedirte disculpas, mirarte. Cuando caminé hacia tu paradero, había nadie, me decepcioné y seguí mi camino, hasta que de repente miro el paradero siguiente y estabas sentada ahí, esperando, apuré el paso pero la micro me ganó, tú subiste y yo pasé, como caminar atrás de ti. No sé si me viste, yo solo pasé con el consentimiento de haberte visto, no quería venirme así. A lo mejor si me viste pensaste que te engañé, diciendo que iba a tomar el metro pero me vine caminando a tomar la micro, aun más si te dije que no tomaría micro porque no pasan mucho . Pero no, simplemente me desvié del camino porque quería pedirte disculpas, que esa no fui yo, que esta persona no es la Constanza que te habla.
Me encontré sola en la calle, viendo cómo te ibas. Me fui caminando hasta el metro Los Héroes pensando en que me equivoqué nuevamente, de tal manera que arriesgué lo que pudo haber sido en dos minutos, el mejor encuentro de despedida momentánea, a un plan ambicioso de tenerte cerca mío y terminar como trapo sucio. Si pasó todo lo contrario a lo que era desde un principio, quizá es para que te des cuenta, y demostrarte que esta era la última vez en que verías a esa persona desconocida, y era por supuesto la última vez que este robot te pediría perdón.



Es hora de dejar el nido para comenzar a usar mis alas tiernas, las aves emigramos, pero vuelven después del frío a sus hogares mejores que nunca. Así como fueron desde un comienzo. La zorzal.
Te amo.



lunes, 16 de mayo de 2011

Porque nací para ser tuya

Son las cinco de la mañana:

Cada letra destaca miseria.
No tengo más boca para componer
y no busco más allá de buscarme un nuevo encuentro.

Porque mi encuentro es precario
y tan simple de tenerlo,
porque compongo la risa,
la risa herida y congelada.

Así y todo quiere tragarme
el verso sin aliño.
No soy madre de lo serio.
Que las manchas huyan
que yo no me voy, yo me quedo.

He de quedarme por quedarme
a hacerme la hueona.
No hay caso,
no tengo caso,
esto no tiene caso.
Pero tú sí.

Quiero volver a tus ojos
creyéndome la cara.
Quiero estar junto a un arbusto
y cagar como perro las palabras.
Quiero gritarle al suelo
y vestirme de princesa.

Y esta vez quiero
que te sientas digna
de llamarme por mi nombre.


Porque nací para ser tuya.




( 14/05/2011)


sábado, 14 de mayo de 2011

Envoltura

Cuando giró a causa del tedio

metida estaba yo dentro de las sábanas,

sin que mi naríz roncara más allá de mi naríz,

sin que mi voz roncara, ni tampoco la suya.


Durmiendo eran capullos,

capullos insostenibles a la seriedad del nido,

destiñendo al pájaro que como el cloro

destiñe sus alas.


Pero ahí estaba yo, aquí estaba yo,

buscando alguna pluma como tu cara:

lo que mis manos lograron

recoger de tus pechos

cuando el tiempo era misérrimo

y me vestía al primer vuelo

con tal de quedarme una noche más

dormida en tu alma.

sábado, 7 de mayo de 2011

Igual que hoy, igual que ayer.

Es difícil comerme un chocolate si no puedo verte.

El pañuelo que tengo es para sacar saliva

que has dejado en mis labios.


Me gusta estar sola:

vuelvo a sacar mis lápices viejos,

rayándome toda parte de la cara

y ver si consigo recordar el dibujo en tus ojos.


Pareciera que ese par de años son como cada día en primavera.

Me has cantando y siento mejor el sabor a café.

Mi gran habilidad es oírte.

Mi peor habilidad es encontrarte.


No sé qué pasó esa noche que el mundo me parece bonito.

No sé que tienen las letras que todas quieren tocarte.


No fueron hojas que cayeron del árbol, sino los roces

que alcanzaste con el cielo.