Han pasado los segundos y te siento estacionaria,
pasa que te envuelves en el suspiro,
colocando tus facciones en el aire,
incluso con andares reposados.
Sucedes hasta de blanca
casi tan blanca
de ser novia.
La única sin
vestido.
Beldad,
con eso basta,
con eso alcanza(s)
con eso temo y me cobijo,
con eso huyo y aguanto,
los cortes ejercidos de tu claro pensamiento.
Son imágenes queriendo imitarte descalza,
engañándome en todas partes,
con un tono mojigato deseable, tan deseable
que me hace despertar.
He abierto las cortinas
observando aquellos segundos,
indomables y tranquilos a la vez.
Es cuando entonces, no te siento estacionaria,
pasa que no te envuelves en el suspiro,
colocando tus facciones en el aire,
ni con andares reposados.
No sucedes hasta de blanca,
ni casi tan blanca de ser novia,
tampoco la única sin vestido.
Solamente una cosa
el tiempo conmigo escribe:
eres quien basta,
eres quien alcanza:
La Beldad de quien temo y me cobijo.
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