BLA BLA

lunes, 11 de julio de 2011

Bel sensible

Sensibilidad intensa, que avanza y contagia mi interior.
Lo sensible que me acepta y me deja botar lágrimas hasta por lo más anexo a mí.

Qué manera de llorar mientras veía la teleserie del trece. Ver que la muchacha se desvanecía por la muerte, ver que su amado la miraba con esos ojos azules de verdad, esa capacidad de fuerza del amar, y todo, todo después fueron promesas, promesas que infelizmente él repitió.

Me da igual sonar cursi, ser una de las personas más sensibles, porque todo me afecta, y hay veces que lo que veo,escucho, leo, etc, por mucho que sepamos que no pasa realmente, nos llega tan profundo como si lo hubiéramos vivido.
Pero yo he soñado tantas cosas feas porque en todas aparezco en un vacío muerta de pena.

Es difícil creer en los nunca y para siempre, muchas veces nos envuelve, para la mayoría termina en decepción, para otros alimentan el pecho de uno como una cruel ilusión.
Pero es mejor imaginarse el para siempre y el nunca, así para uno, calladito, la seguridad increíblemente se vuelve inseguridad, te intenta destruir.
Y aunque suene contradictorio lo que estoy diciendo...yo sé que uno no determina lo que pasa en el camino, pero al ir más allá de los sueños asqueroso que he llegado a tener, es que yo ruego que perdones mi sensibilidad. Mi ingenuidad para soportar el dolor y escuchar más a mi pecho que a mi cabeza, pero hay una seguridad que se mantiene vigente, y pretendo decirte nuevamente que sí creo en un siempre, no sé si sirva como argumento potente el que esté tan vivo desde el primer día que te conocí.
Han pasado más de dos años, sí, dos años y fracción y no he dejado de amarte, y a pesar de los quiebres, los dolores, Mi amor está vigente, y yo, si hay algo tan seguro en mi pecho y en mi cabeza, que permite que se unan, es que yo te amaré la eternidad. Sí, siempre.

Yo no creo que alguien pueda morirse de pena, no creo que la pena te deje sin latir en concreto el corazón, pero sí creo en esa muerte en vida, sobre todo cuando notas que no serás la misma, porque has perdido esa vida, la vida que compartiste con tu mitad.
Y siento que ese tipo de muerte, es la peor de todas.


Y Déborah murió, dejando a la pequeña Alicia en manos de Pedro.



Oh, Mar, Mar de mí.

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