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sábado, 18 de julio de 2009

" Mijitas Ricas"

A mis casi treinta años, sentado en mi escritorio, bebiendo mate fresco y amargo. Me detuve a reflexionar sobre toda mi vida pretérita amorosa. Y sacando medianas variantes he llegado a la conclusión que todas mis novias anteriores tienen más plata que yo¿ Por qué?...Y comencé a cuestionarme recordando aquellos acontecimientos, de hecho...bueno, unos marcan más que otros. Pero todos tienen esa semejanza.Nunca me lo pregunté cuando estaba con alguna de ellas, vivo el momento divino y glorioso de amar y ser amado, disfrutar, llorar; en fin, mil emociones por doquier. Faltaba la pizca de experiencias a lo mejor para que algún día como aquel me lo preguntase... ¿Qué habrán pensado ellas cuando estuvieron conmigo?...Con Teodoro Maturana.


Ignacia Valdebenito, más conocida como la "chaucha"; mi primera novia cuando a penas era un crío de doce años. Ella me ganaba por unos tres años. Su apodo...recuerdo que nunca, hasta que me cambiaron de escuela, la vieron y escucharon sin sus bolsillos llenos de monedas y billetes. Y todos sabían que el sonido a metal de cobre oxidado junto con otro era de la "chaucha"; por lo que ella era bastante generosa. Siempre estuvo rodeada de gente, pero jamás tuvo amigos.
Yo la detestaba, se las daba de genial, le compraba cosas a todos los compañeros. Pero yo estaba enamorado de ella, porque sabía que detrás de esa odiosa adinerada, había una hermosa chiquilla de segundo medio.
Cuando éramos novios, la mayoría de las veces,
Ignacia me invitaba a tomar helados, me invitaba al parque de diversiones o cosas por el estilo. La muchacha no me dejaba invitarla o que yo le pegara algo. Nunca fui muy adinerado, soy lo justo y necesario y con eso soy feliz. Ella me alegaba y me decía cada oportunidad " A ver Teo, no es necesario, a parte la gente sabe quien soy, soy generosa, y tú por ser mi novio, la excepción no serás." y yo ahí como un bobo le aceptaba...Nuestra relación quebró producto de mi cambio de establecimiento al año siguiente, duramos todo mi séptimo año escolar.


Elisa Garrido: Mi novia cuando salí de la escuela. Elisa era muy contraria a la " chaucha". Siempre era reservada, callada, introvertida. Claro que su grupo de amigos era bastante contradictorio a lo que ella mostraba. Más aún su vestimenta dramatizaba a una vagabunda poco menos. Sin embargo el ser privada de la vida social la llevaba a engendrar frutos de la nada que causaban un pasmo enorme, y ahí es donde algunos se le acercan y son sus amigos. Yo no sabía que ella era adinerada. Pero como dicen las lenguas “las calladitas las peores son, o esconden algo”. Fueron momentos hermosos que pasé junto a Elisa. Psicológicamente era más madura que Ignacia, lo único malo era que siempre me sorprendía de manera que yo terminaba por enojarme y dejarla sola en las mayorías de nuestros encuentros, sobre todo cuando la gente nos quedaba mirando. Era su culpa. Sí, siempre y lo digo con firmeza.
Los lugares siempre variaban, yo la invitaba, claro
“invitar” y de esas invitaciones me fui dando cuenta que no es nada como aparenta superficialmente. Ni que me hubiera sentido engañado, como si hubiese estado con otra mujer.
Era cotidiano el darme cuenta que al salir juntos, cuando yo divisaba
florerías. Me las di de galán y decidía obsequiarle algunas, al momento de entregársela. Su cara daba la impresión de que algo fallaba, le regalé un clavel blanco. Lo miró sigilosamente con desprecio y me dijo “Amor, recuerda que me gustan las astromelias”.
Nunca me dijo cuales flores le gustaban y un día como otro pregunté cuáles eran las famosas
astromelias…Ni decir el precio… Elisa no demostraba ser adinerada, pero se le notaba a la hora de decir comentarios. Cosa que en ella el decir comentarios, era muy a lo lejos.
Era extraño y por eso confirmé a fin de cuentas que jamás me enamoré de ella. Algo tenía que me gustaba mucho, duramos dos años y dos semanas.


Y por último…

La
mimi: Isidora Mariana Carmona Pizarro. Mi última pareja. Ya son años de nuestro quiebre, duramos casi cuatro años. A lo mejor si no hubiese sido por mi “acto memorable” no se hubiera acabado nuestra relación, pero en todo caso…no me arrepiento, bien merecido se lo tenía, lo único que me mantuvo dolido un tiempo, fue el hecho que yo la amaba demasiado. Quizá es y será mejor así.
Mimi era una mujer que trabajaba y estudiaba, yo la conocí en su lugar de empleo, en Starbucks. Pedí un café Latte( que por cierto es bastante malo), tardó la nada, venía una muchacha que con su traje de mesera, en su carra, forma de decir las cosas se veía alguien “ más grande”, era como preguntarme qué hace aquí, si a lo mejor no lo necesita. Para mí creo que fue amor a primera vista, algo en ella me daba el querer tenerla conmigo. Y la busqué.

Desde el comienzo de nuestra
sociabilidad, noté que era muy observadora, por lo menos más que yo. Pero más se fijaba en detalles superficiales (algo parecido a Elisa) claro que ella se los reservaba, sus miradas ya eran suficientes para que un individuo cualquiera se sintiera menos que ella. Por lo menos conmigo era diferente porque ese amor que sentí a pensar verla, fue correspondido.
El tiempo pasó y a medida que seguía transcurriendo notaba más cosas en
Isidora. A mí no me afectaban tanto, pero al resto…siempre.

Cuando íbamos a comer algún lugar, miraba con desprecio a los que vestían algo que a ella le parecía feo o de peor calidad que la de ella. Les hablaba de manera muy diferente. Yo le llamaba la atención e incluso una ocasión me molestó tanto su
desubicación que me paré bruscamente y me fui del lugar de encuentro. La encontraba patética más aún cuando yo podría ser perfectamente como el resto, pero ella le daba importancia. Era demasiado superficial. Pero yo la amaba.

Lo que rebalsó nuestro noviazgo fue que le faltó el respeto a mi madre. Lo que aún me da impotencia con solo acordarme.
La invité a mi casa (no soy mucho de llevar a mis parejas) ya que era mi cumpleaños. Mi madre preparó sus deliciosas recetas, como toda madre tiene una mano de diosa “manjar de dioses”. Y a la hora de servir. La
mimi a penas sintió el aroma a un condimento quizá, le dijo:
- Señora Inés, no comeré de eso. Ya que usted le hecho si no me equivoco un caldo maggi de verduras, por lo que eso solo los usan lo rotos ordinarios y además es cuando no tiene que echarla a la sopa. No quiero comer.-
Imagínense como se sintió mi madre. No daré comentarios. Pero mi ex novia no tendrá mi perdón. Está enferma.



La verdad no sé que habrán pensado de mí estas chiquillas. Porque yo jamás abusé de su condición adinerada. Al contrario, siempre trataba de atenderlas a todas. Soy marcado como un caballero. Pero qué más da. Estoy entrando a la edad de más adulto y esperaré paciente. Porque me he dado cuenta que torpemente mi vista cae en mujeres así.

Quizá estúpidamente me guste la primera dama. Creo que hasta ella sería menos torpe y
desubicada como mis otras novias.

¿Y si hubiese sido homosexual?... No. No me moriría por no intentar algo nuevo. Miedo me da.
.

2 comentarios:

Floripondia dijo...

Mujer o hombre ?
Leo tu blog y poco lo entiendo.

Misd perdones.


Besos

Polux dijo...

wow


maggi... esas cosas matan...


las posibilidades de felicidad, lo que la gente comunmente llama felicidad(o sea pasear al perro, llenar un vaso con cerveza, comerse un asado, "amar" a una mujer u hombre dependeiendo de los gustos), varia de persona a cultura.


increible leerte nuevamente.

un saludo.