BLA BLA

lunes, 31 de mayo de 2010

Mare Nostrum

El ambiente anunciaba con claridad que la tormenta marítima estaba aproximándose. El cielo endurecido, ululaba expresiones quejumbrosas con el fin de degradarse y buscarse algún refugio, para luego comenzar su expansión en tan amplio lugar.
La arena giraba en direcciones contradictorias generándome un malestar a la visión, y a su vez, podía sentir el furor del ancho mar por medio de los vientos, que trataban de desvestirme y echarme a patadas del sitio en el cual habíamos hecho el amor la noche anterior.

Sin embargo, no tenía en mente marcharme y dejarla sola. Ya sabía las consecuencias del oleaje interior al chocar con los cuerpos, y la fuerza con que ejerce su llegada mensual. Sé con exactitud la razón de la banderita roja y por qué hay que irse y estar lo más lejos posible. Pero ya es costumbre, yo la aguanto.

Un oleaje más, una tormenta más, no me desanima, porque es normal. No dejaría a Matilde sola aunque me lo pidiese, porque no es lo que quiere, sólo teme lanzarme contra la pared con su simpatía y descargar conmigo el enojo que le produce la menstruación los veinticuatro de cada mes.

Al final de cuentas...así es la naturaleza, así son las mujeres.

2 comentarios:

lichazul dijo...

que variedad de imaginarios son esos días, genial este, sin duda una tormenta arrecia y bambolea todo navío, incluso aquellos solidarios

besitos de luz
ten una semana buena y wuena:=)

lichazul dijo...

que tengas buena suerte en las prubas coef dos!!
las mejores energías!!