BLA BLA

domingo, 22 de mayo de 2011

Como robot y de zorzal

Quedamos como todas las veces: juntarnos. Esta vez, eso sí, era diferente, no más allá de unas palabritas, cruce de miradas y entregarte algo tuyo en metro La Rejas.

Yo la verdad, no quería verte, no porque estuviéramos enojadas o disgustadas, sino porque a mí me causaría la mayor sensibilidad del mundo, el hecho de no estar juntas, me pondría frágil, y es justamente lo que quiero dejar de lado un poco. Aun así te vi, lo tomé como un reto.

Cedí un poco y apoyé que no estemos, pero hay cosas entremedio que no logro concebir pero sí, al final de cuentas llegué a entender, y este es el primer paso para llegar a decir " yo sé porque hago las cosas". Por ahora, tengo una seguridad innata que esto será para mejor, aun así con lo que sucedió hoy:

Llegué antes de la hora, estaba tranquila y sentada en una parte del andén de encuentro escuchando música; letras donde no me hacían sentir nerviosa con tu llegada, solo esperaba.
Pasó que me bajó a la mente muchos recuerdos de nosotras, y no podía esquivar las veces que me equivoqué contigo, las veces ( casi nada) que te portaste mal conmigo, pero por sobretodo, pensando en ti, en nuestro amor. Mientras mi cabeza giraba dentro de sí misma, tú apareciste, y cuando vi que te me acercabas, pensé en un plan sencillo y frágil: verte más de la cuenta( a eso me dediqué hasta el final)

Desde un principio te pareció extraño que no me fuese por donde mismo nos juntamos, porque a mí me quedaba mas o menos cerca, de alguna u otra forma si me iba contigo ( por lógica) hacia Los Héroes y luego Santa Ana me saldría un poco más tedioso, pero igual me servía para irme de vuelta. La cuestión es que me preguntabas en sus momentos a dónde iba y por qué no iba por aquél lado, como tratando de descifrar mi intención, creo que jamás la supiste hasta ahora. A tus preguntas, te respondía lo que pudiese tapar el estar más minutos contigo antes de decirnos el adiós, hasta pronto.

Mientras íbamos en el metro, conversamos de cosas con gracia, reconozco que el efecto de estar sin nervios se me rompió cuando nos quedamos mirando, con esos ojos, no lo pude evitar. Nuestro encuentro se hizo bastante ameno, con ese gustito a chocolate, que pretendía seguir hasta el final de su recorrido, cosa que esta despedida fuera un paso nuevo.

Pero como todo plan, algo falla, y este plan me falló de una manera desagradable: Paradas tú y yo, esperando el metro que nos llevaría a Santa Ana, seguimos con comentarios un tanto graciosos, y de un instante a otro de mi boca salió algo feo( lo defino un trato pésimo) "Hueona pesá" entremedio de una risa que dejó de existir a penas escuchamos lo que dije, a penas lo dije me sentí mal. Y es cierto, nunca te había tratado así, aunque fuese la frase más dicha por todos, a ti no, nunca. Y tú me lo dijiste, y yo te lo negué diciéndote una tontería como para salvar la situación, pero no, esto provocó algo amargo en nuestro encuentro. Fin del habla.

Llegamos al metro y era obvio que íbamos por diferentes lados, aun así lo remarqué diciéndote, y tú solamente me agradeciste y te fuiste. No podía irme sin hacer algo, me sentí sucia, la mayor falsedad que he alcanzado. Decidí salir por el metro, pero salir a la calle, ir donde tú tomas la micro, necesitaba por último pedirte disculpas, mirarte. Cuando caminé hacia tu paradero, había nadie, me decepcioné y seguí mi camino, hasta que de repente miro el paradero siguiente y estabas sentada ahí, esperando, apuré el paso pero la micro me ganó, tú subiste y yo pasé, como caminar atrás de ti. No sé si me viste, yo solo pasé con el consentimiento de haberte visto, no quería venirme así. A lo mejor si me viste pensaste que te engañé, diciendo que iba a tomar el metro pero me vine caminando a tomar la micro, aun más si te dije que no tomaría micro porque no pasan mucho . Pero no, simplemente me desvié del camino porque quería pedirte disculpas, que esa no fui yo, que esta persona no es la Constanza que te habla.
Me encontré sola en la calle, viendo cómo te ibas. Me fui caminando hasta el metro Los Héroes pensando en que me equivoqué nuevamente, de tal manera que arriesgué lo que pudo haber sido en dos minutos, el mejor encuentro de despedida momentánea, a un plan ambicioso de tenerte cerca mío y terminar como trapo sucio. Si pasó todo lo contrario a lo que era desde un principio, quizá es para que te des cuenta, y demostrarte que esta era la última vez en que verías a esa persona desconocida, y era por supuesto la última vez que este robot te pediría perdón.



Es hora de dejar el nido para comenzar a usar mis alas tiernas, las aves emigramos, pero vuelven después del frío a sus hogares mejores que nunca. Así como fueron desde un comienzo. La zorzal.
Te amo.



No hay comentarios: