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jueves, 15 de enero de 2009

Mi Invisibilidad

Ya no asimilo nada con respecto a la información que he guardado desde aquel día. Partí soñando despierta en el unísono de mi corazón sentí la yarda potente en mi cuerpo que me avisó donde y como tenía que acudir a mis emociones y terminé en el abismo, me fui tropezando con cada paso que daba, me quebré tanto; una gran quebrada, descontrol total de mis acciones de proclamado amor en aquellos momentos y no logré escuchar nada más que el aroma de ella y con prólogo de frases bonitas partió entusiasmándome pero…ahora ya se olvidó de mi.

 

 

Fue un día corto, vino la  tormenta y se llevó algo más que su propio viento, me quitó el tiempo; mi tiempo, mi sensatez de programar mis cosas…bueno antes todo lo tenía listo a la altura de hoy ya no podía hacer más que cumplir con el día. Anoche no lograba juntar mis pestañas y  párpados, yo quería dormir, pero mi invisibilidad era mucho más astuta que yo, trató de confundirme, claro que me quería confundir de forma positiva, no comprendí de inmediato que pretendía de mi, así que no quise empezar pleito y cerré forzadamente mis ojos.

Al cerrarlos fue todo nuevo, se me abrió la puerta a un singular baúl de mis recuerdos, era verme ahí reviviendo cada acontecimiento, eso si al entrar me topé con mi invisibilidad, nos miramos fijamente, solo que yo tenía mis ojos completamente cerrados (debió ser donde obligué a mis ojos) y mi  invisibilidad tenía todo lo de mi cuerpo y de verdad no entendí como yo seguía en ese baúl o mundo , ya no sabía nada de nada, lo que más me dejó fuera de sí, era que me hablaba pero solo con moverse y recién pude captar la idea de confundirme. Me decía a cada segundo “” utilízame de manto para tapar el dolor””, me dio un poco de susto, debo reconocerlo, lo único que le dije fue que me dejara revivir mis momentos felices, pero la muy pesada no me dejó recordar y me seguía repitiendo a cada rato la misma oración, hasta que me aburrí e intentaba salir de mi cerrar de ojos, pero de tanto intento me cansé mentalmente y me quedé al fin dormida con la oración extraña de mi invisibilidad.

A la mañana me levanté con muchas ocupaciones que obviamente las cumplí, me bañé y me arreglé para luego ir al cine, había eso si una complicación en mi, ese inevitable dolor que tenía ya hace tiempo y hasta hoy no lo he podido sacar y era por Lena( como cambia la gente con el amor y desamor de un ser humano, aun no busco la razón de ese poder tan deseado), Lena  es un éxtasis de mi veneno y mi veneno fue proporcionado por cada maravilla que pasé junto a ella y no necesariamente era amor tenía la cucharadita exacta de amistad, con ésta explicación doy a entender que la veré en mi salida al cine.

 La película estuvo llena de emociones encontradas de mi parte, todo fue perfecto, pero mi dolor fue abundante el dé de hoy, porque hubieron momentos en que Lena y yo quedábamos solas, solo recibía de ella el coro de su perfume y nada más ni siquiera una conversa chistosa o agradable para pasar el rato, el silencio gozaba con nuestra cero sociabilidad  y en ese instante fue que quise llorar pero me controlé de cierta manera. En la salida del cine, no sé….yo quería, mas bien ansiaba algo de Lena, pudo haber sido esos besos que me dejaban un toque dulce en mi completo dolor pero igual lo dulce se volvía tan malo como mi dolor, pero cuando me fui sola con ella en el autobús sentí una grandísima frialdad que me envolvió…no hablamos nada de nada y lo único era las miradas, esas malditas miradas que me dejaron sin vivir, no podía respirar, ahí pensé mucho en mi invisibilidad y dije “” ahora lloraré  y gritaré mirándola “”,al decir eso me sentí cobijada  y camuflada por el manto de mi invisibilidad y solo la miraba con mis ojos angustiados y llorosos, obviamente  ella no se daba cuenta y si es que presentía algo me decía “” ya!,  para de mirarme, y se reía””, pero suspiradas me informaron que todo ya se había terminado, o sea, lo tenía mas que claro pero sus ojos ,esos diamantes gigantes que brillaban con sus pupilas, al mirarme se apagaban y se oscurecían provocando que ella dejara de mirare como lo hizo aquella vez. Fue así que me dejó destrozada el día de hoy, y agradezco a mi amiga invisible y que siempre estuvo esperándome con el manto que jamás utilicé.

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